SAN PETERSBURGO.- El presidente estadounidense Barack Obama desafió la presión de otros líderes mundiales para que renuncie a planes de ataques aéreos contra Siria, lo que evidenció las profundas divisiones sobre el conflicto, pese a que hubo acuerdo en un llamado para impulsar el crecimiento en la cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de los 20 (G-20). Sin embargo, el anfitrión del encuentro, el presidente ruso Vladimir Putin y Obama mantuvieron sus diferencias sobre el Siria, tras una discusión en la cena que se prolongó hasta bien entrada la noche del viernes.
"Nos escuchamos y comprendimos nuestros argumentos, pero no estamos de acuerdo. No estoy de acuerdo con sus argumentos y él no está de acuerdo con los míos. Sin embargo, los escuchamos y tratamos de analizarlos", informó Putin. El presidente de China, Xi Jinping, también trató de disuadir a Obama de una acción militar.
"Una solución política es la única alternativa correcta para una salida a la crisis; un ataque militar no puede resolver el problema de raíz", dijo Xi. "Esperamos que algunos países lo piensen dos veces antes de tomar medidas".
Washington sostiene que tropas leales al presidente sirio Bashar Al-Assad perpetraron un ataque con gas venenoso que asesinó a más de 1.400 personas en suburbios en manos de rebeldes cerca de Damasco el 21 de agosto, un caso que Obama sostiene que defenderá el martes ante los estadounidenses previo al voto del Congreso para apoyar o no el ataque. En medio de resistencias en el Congreso a apoyar una intervención militar, Obama se negó a "especular" con qué hará si no obtiene el aval parlamentario que pidió la semana pasada, aunque se dijo confiado en que recibirá la luz verde.
Moscú, que al igual que Pekín tienen poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, aseguran que no hay pruebas de que los grupos opositores a Al Assad no fueron los responsables. Sin el respaldo del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para una acción militar, Obama está buscando el apoyo del Congreso de su país.
El líder estadounidense mantuvo su posición en San Petersburgo, pese a una advertencia del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, sobre la necesidad de encontrar una solución política para poner fin a la guerra. "Cada día que perdemos es un día más en el que mueren civiles inocentes", dijo Ban.
Obama insistió ante los líderes que era importante respaldar las normas internacionales contra las armas químicas y describió al Consejo de Seguridad de la ONU como paralizado. Pero, pareció aislado en San Petersburgo, pese al respaldo de Francia para una acción militar y la presencia de aliados como Turquía y Arabia Saudita. La Unión Europea (UE) y emergentes como Brasil, India o Argentina insisten en la vía diplomática y piden esperar un informe de inspectores de la ONU antes de tomar cualquier decisión.
Diez países, entre ellos Francia, Italia, Reino Unido y España, firmaron un comunicado pidiendo que el ataque no quede impune y apoyando el esfuerzo internacional por impedir el uso de armas químicas, pero no especificó si se plegaría a una misión militar e insistió en pedir el informe de la ONU. Alemania, que viene trabajando por mantener abierto el canal diplomático y que avisó que no se implicará en ningún caso en una misión, fue el único país europeo miembro del G20 que no firmó la declaración.
Obama insistió en que la mayoría de los líderes está de acuerdo en que el presidente sirio lanzó los ataques químicos en el origen de la actual crisis diplomática, pero reconoció que el grupo estaba dividido sobre la necesidad de un ataque en represalia sin el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU.
Remarcando la situación, Samantha Power, la embajadora de EEUU ante Naciones Unidas, dejó en claro que su gobierno había abandonado la posibilidad de trabajar con el consejo sobre cómo responder al uso de armas químicas. Power dijo que "no hay un camino viable hacia adelante en este Consejo de Seguridad" y acusó a Rusia de tener al grupo de rehén.
La disputa por Siria ha profundizado las tensiones entre Estados Unidos y Rusia, que ya eran complicadas por las diferencias en torno a los derechos humanos y al asilo que Moscú otorgó a Edward Snowden, ex contratista de agencias de espionaje estadounidenses que reveló programas de vigilancia.
La guerra civil que sacude el país dejó más de 100.000 muertos y unos cinco millones de refugiados. Más de dos millones de personas abandonaron el país. (Reuter-DPA)
Cristina advierte sobre "un ejercicio de cinismo" de EE.UU.
SAN PETERSBURGO.- La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, afirmó que "pretender que no haya más muertos provocando más muertos resulta una paradoja o un ejercicio de cinismo", al cuestionar el plan del mandatario de Estados Unidos, Barack Obama, de atacar Siria. "Quiero pedir una vez más por la paz; pretender que no haya más muertos provocando más muertos, resulta una paradoja o un ejercicio de cinismo" subrayó Fernández a través de la red social Twitter desde San Petersburgo, donde participó en la cumbre del G20. "Si pasa una crisis como la de Siria y en lugar de ir a la ONU lo define el Congreso de USA, estamos ante una ficción de multilateralismo. Lo que nos tenemos que plantear los dirigentes es si estamos ante un multilateralismo, o estamos ante una ficción de multilateralismo (en la) que aplico el multilateralismo cuando me es favorable a mí como país desarrollado, como gran potencia y cuando el multilateralismo no me sirve tomo yo las armas y decido lo que hago", cuestionó. La presidenta alertó que "una intervención en Siria sería nefasta y desataría cosas que serían tal vez imposibles de controlar". Y lanzó una advertencia a Washington, al remarcar que "quienes tienen la responsabilidad de ser primera potencia en el mundo son los que más deben contribuir a la paz". (DPA)
Francisco artífice de paz
Guillermo Villareal- Columnista de DYN
BUENOS AIRES.- Ante la posibilidad de una intervención militar de Estados Unidos en Siria y de que el conflicto se globalice con consecuencias impredecibles, el papa Francisco se puso al frente de una cruzada diplomática, religiosa y espiritual por la paz mundial. No fue una reacción espasmódica ante noticias de muerte, crueldad, refugiados, desplazados y drama humanitario en Medio Oriente, sino del accionar de un líder convencido de que "todo se pierde con la guerra, todo se gana con la paz".
El Papa "primerió", como le gusta decir, con una exhortación a darle "una oportunidad a la paz", seguida por una condena al uso de armas químicas y un planteo firme de que el diálogo y la negociación son "el único" camino para resolver el conflicto en ese país árabe sumido en "una guerra entre hermanos", definió. Ante la intransigencia de Barack Obama y sus aliados, sobre todo Francia, Francisco después luego un llamamiento a una jornada de oración y ayuno para este sábado, que recibió y sigue recibiendo adhesiones.
El gesto mereció una acogida casi unánime, inclusive de referentes musulmanes de países árabes, que decidieron unirse en la plegaria común con las minorías cristianas. Entre ellos, del gran muftí de Siria, Ahmad Badreddin, quien expresó su intención, aunque improbable, de ir al Vaticano para rezar junto al pontífice en San Pedro.
"Todos advierten que el Papa es un padre, que se preocupa por el futuro del pueblo sirio y que quiere proteger a toda la sociedad siria, en sus diversos elementos, para que no sea destruida por divisiones religiosas o por el radicalismo", dijo el líder espiritual del Islam sunita. El Papa subrayó su pedido con mensajes a través de la cuenta @Pontifex en Twitter, que rápidamente se viralizaron y marcaron tendencia mediante el hashtag #PrayForPeace (Rezamos por Siria). Sin embargo, la movida más fuerte del Papa argentino fue diplomática.
Otra acción fuerte del Papa fue el enérgico pedido a los miembros del G-20 para que Estados Unidos abandone "cualquier pretensión de una solución armada". Lo hizo mediante una carta al presidente ruso Vladimir Putin, anfitrión del encuentro en Moscú, a quien instó a que convoque a las naciones más poderosas a no mantenerse "indiferentes" frente a lo que ocurre en Siria y a prestar asistencia humanitaria.
Alarmado por la dinámica de los acontecimientos, el Papa evaluó -aseguran sus colaboradores- la posibilidad de comunicarse telefónicamente con Obama y el presidente francés François Hollande, aunque de momento no lo concretó.